ROBERTO PÉREZ | ZARAGOZA
En la pequeña localidad zaragozana de Remolinos se encuentra una de las principales minas de sal de España. Desde hace días, se trabaja sin descanso para atender los pedidos que llegan de toda España y del extranjero. El temporal de frío y nieve ha disparado la demanda de este producto, usado contra el hielo en aceras y carreteras. Las previsiones de esta empresa, Ibérica de Sales, se han visto desbordadas. Ha tenido que acelerar el ritmo de trabajo y reforzar su plantilla para extraer la máxima cantidad posible de las 58 galerías horadadas en las 120 hectáreas por las que se extiende esta mina.
Ayer, prácticamente cada minuto salía un camión cargado de esta explotación. Desde hace días, las colas de vehículos son tremendas: una media de 500 camiones acuden cada jornada para cargar sal y llevarla a distintos puntos de España y al extranjero.
El director, Antonio Urbarrechena, explica que la capacidad de suministro está al límite. Hasta tal punto que han optado por restringir las exportaciones porque, de atender los pedidos que les llegan de otros países, podrían quedarse sin sal para abastecer al mercado nacional. La extracción de sal en esta mina ha aumentado más del 50% como consecuencia del temporal. Cada día salen de sus galerías más de 15.000 toneladas.
Es un ejemplo de lo que ocurre en otras explotaciones de sal que hay en España, país al que están recurriendo desde toda Europa.
Los gobiernos piden ayuda
El Reino Unido ha agotado sus reservas y se ha dirigido en los últimos días a varias empresas españolas para que le abastezcan de sal. Y el Gobierno holandés ha hecho la misma petición a la Asociación Ibérica de Fabricantes de Sal. Sin embargo, desde esta entidad afirmaron que no saben si se podrán atender estas solicitudes porque la demanda del mercado nacional se ha disparado y se ha reducido la cantidad disponible para exportar.