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sábado, 16 de octubre de 2010
Sexta edición de la fiesta del hierro en Abanto, Asturias
Huelva aloja la mayor balsa europea de lodos tóxicos.
Huelva aloja la mayor balsa europea
Los ecologistas denuncian filtraciones de aguas ácidas
FRANCISCO ARTACHO 10/10/2010 08:00
Parte de la balsa minera de Riotinto. - Laura León
La mayor balsa de lodos tóxicos de Europa está situada en Huelva, entre el corazón de la cuenca minera de Riotinto y la localidad de Campofrío. Desde la carretera se puede observar: tiene el aspecto de un embalse de aguas corriente. Ningún cartel avisa de que la balsa, que contiene 90 millones de toneladas de lodos tóxicos cubiertos por aguas ácidas, puede ser peligrosa.
La Junta de Andalucía, la empresa minera copropietaria, Emed Tartessus, y Ecologistas en Acción coinciden, con matices, en que una catástrofe como la húngara es altamente improbable en esta balsa, que almacena desechos de la extracción de minerales como cobre y oro. Desde 2001 no tiene actividad minera.
Desde Ecologistas en Acción sí denuncian filtraciones de agua ácida procedentes de la balsa al arroyo Tintillo, afluente del río Odiel. "Antes de que la balsa de Aznalcóllar reventase también denunciamos filtraciones, pero nadie nos hizo caso", advierte el ecologista Juan Romero mientras acompaña a Público al corazón de la gran balsa, conocida como la de Gossan, para comprobar esas filtraciones. Romero coincide con la empresa en esgrimir una característica fundamental de este embalse tóxico: los terrenos sobre los que se apoyan son compactos y estables. Tartessus asegura que sus propios estudios certifican esta seguridad. La empresa pretende además recuperar la actividad de la mina a finales del año próximo, aprovechando la revalorización del cobre gracias a su uso en material tecnológico.
Promoción inmobiliaria
La fiscalía alertó de que nadie se estaba encargando del mantenimiento
Entre 2001 y 2007 nadie se hizo cargo del mantenimiento de la balsa, algo de lo que llegó a alertar la propia fiscalía. En 2007, dos promotoras inmobiliarias se sumaron a la propiedad de la balsa en una subasta pública: Rumbo 5.0, que tiene el 42%, y Zeitung, con el 13%. "Las compraron con idea de hacer campos de golf y casas. Ahora no se quieren hacer cargo del mantenimiento de la balsa, algo que requiere un compromiso para toda la vida", denuncia Romero, que se conoce a la perfección cada uno de los detalles de este episodio aparentemente especulativo.
El ecologista reconoce la aceptable labor de Tartessus. "Es la única que ahora se encarga del mantenimiento. Las otras dos empresas impiden el paso de los operarios por su propiedad", explica Romero, que en estos días ve con sorpresa cómo los medios de comunicación vuelven a interesarse, tras la tragedia de Hungría, por un tema que tantos años lleva denunciado. "En otros momentos, nadie nos ha hecho ningún caso", asegura.
Agua ácida
Al otro lado de la balsa, a los pies del muro de contención, se observan claramente las filtraciones. Pequeños ríos, que tiñen las piedras del arroyo Tintillo de colores ocres, violetas y rojizos. Varias bombas hidráulicas se encargan de devolver ese agua a su lugar, pero los colores de las rocas evidencian que queda agua ácida que se filtra. Romero cree que la única solución es la "exhaustiva vigilancia y mantenimiento".
Pedrera de granito de Can Gallemí , Sant Fost de Campcentelles, Barcelona
Localizada en Sant Fost de Campcentelles, Vallès Oriental, Barcelona Esta pedrera está actualmente abandonada. |
Número de fotografías: 14 ( Click en la foto para acceder ) |
¿Podría repetirse otro Aznalcollar en España?
España ofrece a Hungría su experiencia en Aznalcollar y admite tener balsas similares
Ribera ha explicado también que la ministra tenía "mucho interés" en hablar con su colega húngaro --aunque aún no ha podido hacerlo-- para transmitirle la solidaridad española por "este acontecimiento terrible" en una instalación de la que ha dicho que era "antigua" y que procedía de una empresa pública de la antigua Hungría del Este. "El volumen de lo que ha salido de allí es impresionante", ha reconocido.
Además, ha añadido que Espinosa ha ofrecido a Hungría el "apoyo para cualquier cosa" en la que España pueda ser de utilidad "por gestión de experiencias parecidas" como el vertido de las minas de Aznalcollar (Sevila).
En todo caso, ha asegurado que no tiene constancia ninguna de que exista en España una balsa "exactamente igual" a la de Hungría y ha añadido que sí hay balsas de residuos mineros parecidas a éstas, aunque "ni del mismo tamaño ni del mismo material, ni de las características de la de Hungría".
Concretamente, ha explicado que en España existen tres normativas concretas para evitar estas situaciones como la Ley de Responsabilidad Ambiental, el Real Decreto en materia de residuos de industrias mineras extractivas y la Ley de prevención y control integrado de la contaminación.
En cuanto a la Ley de Responsabilidad Ambiental, ha apuntado que se trata de una norma para hacer frente a grandes catástrofes en las que "prácticamente no hay seguro que lo cubra" pero es importante delimitar riesgo e ir haciendo un esquema preventivo con las compañías aseguradoras, y las que están incluidas en las actividades. Ribera ha destacado que esta ley resuelve que todas las actividades a las que afecta deberán suscribir un seguro.
Asimismo, ha indicado que la ley de prevención y control integrado de la contaminación exige que los espacios de este tipo requieren de una autorización ambiental integrada que otorgan las comunidades autónomas.
Finalmente, ha manifestado que el "aprendizaje" de Aznalcollar y una situación parecida que se produjo en Rumanía en el año 2000 motivó que la Unión Europea revisara su legislación en materia de gestión de residuos de minas.
El vertido de la mina de pirita en Aznalcollar (Sevilla) se produjo el 25 de abril de 1998 a raíz de la rotura de la presa de contención de la balsa de decantación de la mina provocando un vertido de agua ácida y de lodos tóxicos que contenían concentraciones de metales pesados.
Ecologistas aseguran que en España existen cientos de balsas similares
Greenpeace recuerda que, además de Aznalcóllar, en los últimos años la organización ecologista ha denunciado el peligro que suponen explotaciones como son la mina de Las Cruces en Sevilla, Cerro Colorado y Aguzaderas en la comarca de Río Tinto, Aguas Blancas en Badajoz o algunas de las balsas de estériles de la industria minera del oro en Asturias."Desgraciadamente, este tipo de accidentes siguen produciéndose, a pesar de las advertencias de los grupos ecologistas que exigen un mayor control de estas instalaciones --ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace--. Tras la rotura de una de estas balsas, las consecuencias son siempre trágicas. Y, como hemos visto en Hungría, ha costado la vida de varias personas".