Esta nueva iniciativa permite a los visitantes conocer in situ cómo se extraía, en este caso la pirita, durante el siglo pasado, los instrumentos y las galerías por las que descendían los hombres para arrancar el mineral, y donde muchos de ellos perdieron la vida.
El producto de este legado, que conocieron los romanos en los siglos I y II, cuando explotaban la plata que exportaban a través del Portus Magnus, ahora Portman, y de Cartago Nova, la actual Cartagena, se puede conocer a través de tres recoletos museos de La Unión.
El museo Arqueológico, que se encuentra ubicado en Portman en un edificio construido en 1892 para atender a los heridos de la minería, acoge el mayor mosaico romano de la Región, procedente de las excavaciones de la Villa Romana El Paturro (s. II y III), así como otros objetos encontrados en las explotaciones de la época como alpargatas y utensilios hechos de esparto.
El museo Minero, ubicado en el antiguo Liceo de Obreros, edificado para dar educación a los hijos de los mineros, muestra una gran colección de minerales, de información geológica, así como utensilios como carburos y hornos, además de maquetas a escala de los procesos de extracción y lavado de mineral.
El tercero es el museo Etnológico, situado en Roche, donde se muestran desde ánforas hasta objetos cerámicos del quehacer diario de los trabajadores de las minas en sus últimas etapas de explotación.
Ahora, el Consorcio de la Sierra Minera ha acondicionado el complejo formado por el entorno de la mina Agrupa Vicenta, el lavadero de la llamada "Remunerada", así como el conocido como "Camino del 33" que conduce de La Unión a Portman y sus restos de pasado industrial.
En la Agrupa Vicenta, que cuenta con un gran lago subterráneo, que el mineral tiñe de rojo, y cuyo proyecto se inició hace años, se celebró el verano pasado uno de los espectáculos del festival internacional del Cante de las Minas.
Además al aire libre se pueden ver también ruinas de esta actividad como castilletes, pozos, chimeneas, lavaderos de mineral, hornos de calcinación y fundiciones o polvorines.
El hallazgo en 1969 de la villa romana Huerto Paturro en Portman refrendó que la explotación minera había comenzado en la sierra de Cartagena y La Unión y se había prolongado hasta el siglo II o III tras su total explotación.
Esta actividad fue residual hasta que en 1825 Fernando VII promulgó la ley de minas que permitió la actividad minera sin licencia real, lo que en esta zona de la Región se tradujo en la reapertura de los pozos de la época romana que, con nuevas tecnologías, permitieron sacar los restos de metales que se conservaban en el interior de la tierra.
Alrededor de 1850 esta zona contaba con 38 fábricas que explotaban plata, blenda, zinc y plomo, y que colocaron a la sierra minera como la primera productora nacional.
Este hecho atrajo mano de obra y la constitución de poblaciones como El Estrecho de San Ginés, El Llano del Beal, El Algar, Herrerías o El Garbanzal, que en 1860 se independizaron del ayuntamiento de Cartagena y se constituyeron como La Unión, hace ahora 150 años.
También se construyó un ferrocarril de vía estrecha entre Cartagena y La Unión para transportar el mineral, y se ampliaron los puertos de Cartagena, Portmán y Escombreras.
La falta de material y el final de la primera Guerra Mundial, con un descenso en el consumo de plomo, supuso el final de "El Dorado" de esta zona de la Región.
Antes de eso, la riqueza generada por esta industria propició que la burguesía industrial se construyera grandes edificios de estilo modernista, como el Gran Hotel o el palacio de Aguirre, en Cartagena, o la casa del Piñón y el Mercado Público de La Unión, que permanecen en la actualidad.
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